- ¿Qué queda de nuestro ser, cuando después de haber pasado toda una vida entera en las aulas, nos damos cuenta de que toda la información y el supuesto conocimiento recibido y legitimado socialmente, únicamente tiene un valor perecedero y caduco?
- ¿Qué nos han aportado a nuestros estudios y certificaciones al conocimiento de nosotros mismo y nuestras vinculaciones y conexiones con la sociedad y la naturaleza?
- ¿No será que nuestra simplificadora y disciplinaria mente escolarizada es incapaz de concebir nuevas formas de pensar, sentir y hacer educación?
- ¿O no será que la educación amplia y formalmente entendida es un fenómeno que sucede fuera de las aulas y en los márgenes de éstas?
Educación y condición humana
Juan Miguel Batalloso Navas
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